Asturias, el alfa y el omega, el principio y el fin: un camino con un mismo sentido para todos, pero con distinto destino. Hoy la etapa se antojó compleja, con un gran desnivel, lo justo para tener razón en la queja; sin embargo, un ciclista con una sola pierna, en la misma dificultad, te supera y te devuelve a la realidad: no tengo derecho. Hoy cumplo 46 años y, a pesar de mis desniveles, hay muchas cosas que debo agradecer a la vida. ¡Ultreia!


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